TITULO: Hacedor de mundos
AUTOR: Domingo Santos
GÉNERO: Ciencia ficción
AÑO PUBLICACIÓN: 1986
El
argumento (yo lo explico)
David Cobos sufre un accidente mientras está fuera de la nave en su labor
de mantenimiento. Esta estalla y él se desprende a la deriva; pensando que
morirá. Pero lo que desconoce es que alberga un extraordinario poder, que no
sólo le permitirá vivir, sino que le cambiará la percepción del mundo en sí.
Reseña
Esta
obra nacional de Ciencia ficción, intenta emular a las clásicas del género; sin
lograrlo. Santos, eminente en su labor de editor- divulgador de la época
dorada, se nota que bebe de éstos. A los lectores aficionados y avanzados
conocedores del género, no se le escaparan las referencias; especialmente si
están versados en Heinlein; ya que hay muchas, tanto a su obra como al esfuerzo
en alcanzar su estilo narrativo (curioso que esté. Por un lado, tenemos a dos
protagonistas principales, binomio hombre- mujer con relación explosiva de por
medio, y conflictos a la zaga; un clásico del decano (que no el único), pero el
enfoque sensual y sexual que adereza la trama, le falta chispa y naturalidad;
es “encorsetado” y hasta cursi. Por el otro, elementos que dan qué pensar, como
la nave estrellada “Polux II” (Los Stones), Dr. Payrot (monigote del médico de
“Forrasterro en tierra extraña”), el típico héroe “asocial” pero de buen
corazón en su vertiente soliloquio y algo desubicado (“Jockey del espacio” y
“Ciudadano de la galaxia” …pero más apocado e introvertido), la teoría del
cruce genético de poderosos ( Las cien vidas de Lazarus long), llegando a la
temática que toca que abarcó en su día el Maestro, pero a un nivel tan
sumamente enrevesado y adictivo en ejecución, y en fondo ambicioso y misterioso
(en esta ocasión no digo el título (a vosotros os tocará descubrirla), que
Santos se queda muy, muy corto. Y tan sólo cito algunos elementos.
El
argumento gira en torno a los poderes mentales y la capacidad de abarcar la
modificación de la realidad. Esto en sí, es como un organigrama de
"Dioses" amenazados por un Neo todopoderoso, en dónde hay demasiada
teoría, y poca chicha de ejecución. Después del prefacio del incidente, la
repercusión social y mediática hacía el héroe accidental, en dónde aparece el
Dr. Payrot, la desaparición, el atentado y la resolución de la conspiración
personal, todo se torna en un circunloquio dialéctico (ahí parece más Asimov
que de la vertiente Heinleninana, pues sino se basaría en el desarrollo social
de la época), dónde tendría que haber más dinámica y exposición de los poderes
a nivel global y antecesor. Si bien posee cierta agilidad, y es cierto que se
lee rápido, carece de las virtudes del ingenio de los diálogos y la conducción
de elementos variados del decano. Incluso llega a destilar cierto aire de road
como “Job”, pero adolece de los constantes cambios de ésta. Respecto a su
final, bien, muy en boga de un relato (que opino hubiera sido el formato ideal
del escrito), queda algo débil y a virtud del lector (y su imaginación en
desarrollarlo).
Curioso
que esté dedicado a Farmer (que sabemos que posee una saga de la creación de
universos), pues de este no tiene ni la extravagancia ni la fantasía.
Todo
hace pensar que el bueno del escritor puso todo su empeño en formatear para los
nacionales un estilo que ya había traído en su labor editora.
Y
es que una cosa es que te encante el género, y otra que sepas volcarlo con
destreza.
Una
obra aceptable, pero menor, y más si se tiene conocimiento y mochila de
lecturas de los imprescindibles clásicos. Si no os convence, siempre podéis
optar por una de las mencionadas en mi reseña 😊
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